Jannah Theme License is not validated, Go to the theme options page to validate the license, You need a single license for each domain name.
Internacionales

¿Quién asesino a John F.Kennedy. Qué oculta Joe Biden?

Carlos Driótez

Los sobrinos del expresidente John F. Kennedy han criticado la decisión de la Administración Biden de no desclasificar los registros secretos restantes sobre el magnicidio del presidente demócrata en 1963, que permanecerán sellados hasta finales de 2022.

Robert F. Kennedy Jr. calificó la demora del Gobierno en la divulgación de los documentos como un “ultraje”. “Es un ultraje contra la democracia estadounidense. No se supone que tengamos gobiernos secretos dentro del Gobierno”, dijo.

Asimismo, el exrepresentante demócrata de Rhode Island Patrick Kennedy criticó la decisión y defendió que los documentos deberían ser publicados “por el bien del país”, porque el pueblo estadounidense tiene derecho a saber sobre un episodio “que dejó una cicatriz en el alma de esta nación, que perdió no solo a un presidente, sino a un promesa de un futuro mejor”.

Sin embargo, la Casa Blanca anunció el viernes 22 de octubre que el presidente Joe Biden había ordenado retrasar la publicación de los registros sin editar hasta el 15 de diciembre de 2022. La razón esgrimida es que la pandemia impidió a las instituciones competentes consultar a todas las agencias involucradas en el caso, por lo que no es posible determinar los riesgos a la seguridad nacional que representaría la divulgación de los documentos.

Los registros, que debían hacerse públicos este martes 26 de octubre, se divulgarán en dos grupos, uno para el 15 de diciembre de este año y otro para el mismo día del próximo año.

Pero ¿qué es lo que esconde la administración de Biden sobre el asesinato de Kennedy? Las nuevas pruebas aparecidas en los últimos treinta años mediante la desclasificación de material secreto, el cineasta Oliver Stone cree que es evidente que a John Fitzgerald Kennedy le mataron «porque estaba cambiando demasiado las cosas».

Y aunque asegura que no existe una verdad absoluta y que nunca sabremos exactamente lo que pasó -«yo apenas me acerco», dice-, está convencido de que hubo una conspiración en contra de Kennedy porque «luchó realmente por la paz en el mundo» y «pagó un alto precio por ello».

La gente joven no sabe mucho sobre Kennedy y esa es una de las razones por las que Oliver Stone considera que hay que seguir reivindicando su figura e investigando lo que pasó aquel 22 de noviembre de 1963 en Dallas.

En sus investigaciones, Stone señala que Lee Harvey Oswald nunca estuvo en el sexto piso del almacén de la plaza Dealey de Dallas, el lugar desde donde supuestamente disparó a Kennedy.

«Oswald no estaba en el sexto piso y estaba involucrado con la CIA hasta 1963», justo antes del asesinato. «Las pruebas presentadas por la Comisión Warren, las balas, las armas, las huellas digitales, son fraudulentas» y estaba claro que «hubo un complot, con más de un tirador», asegura Stone.

Las investigaciones de Stone aseguran que Kenedy buscaba el primer tratado entre la Unión Soviética y Estados Unidos; estaba buscando la paz en Cuba; quería mejorar las relaciones con Asia y África; planeaba la retirada de Vietnam una vez que ganara las elecciones de 1964.

«¿Dónde se ha visto a un presidente estadounidense hacer eso tan coherentemente después de él?», se preguntó Stone, que aseguró que «el motivo por el asesinato fueron los cambios; Kennedy estaba cambiando demasiado las cosas».

La conspiración

De los 15 mil registros que permanecen en secreto, muchos son de la CIA y el FBI, algunos de los cuales han sido publicados con una sola palabra o con páginas enteras tachadas.

La pregunta clave es: ¿cuántos disparos hubo? La Comisión Warren, que investigó el magnicidio por orden del nuevo presidente, Lyndon B. Johnson, y denominada así porque la presidió el juez del Tribunal Supremo James Earl Warren, dictaminó en 1964 que fueron tres disparos —dos certeros, el segundo y el tercero—, todos obra de un tirador, Lee Harvey Oswald, que actuó solo y era un desequilibrado. Caso cerrado. O no. Tres años después, concluyeron que hubo cuatro disparos, probablemente dos tiradores y, por tanto, una conspiración.

La versión de los doctores del Parkland era relevante porque fueron los únicos médicos que observaron la herida antes de la traqueotomía, y resultaría más tarde problemática para el FBI, puesto que no encajaría con un caso que prácticamente tuvieron cerrado en menos de 24 horas.

Oswald mató a Tippit con un revólver, como declararían varios testigos y huyó hasta un cine donde fue detenido. Fue en un tiempo récord, las pruebas contra él eran evidentes, el caso parecía estar suficientemente claro. Sin embargo, Arlen Specter, el ayudante del fiscal que interrogó a los doctores Carrico y Perry como asistente de la Comisión Warren, responsable además de la teoría de la bala solitaria, tuvo que hacer encaje de bolillos: la herida en la garganta de Kennedy, debajo de la nuez, tenía que ser un orificio de salida, sencillamente, porque Oswald disparó desde el sexto piso del almacén, detrás del presidente, y no delante de él. La apreciación de los médicos echaba por tierra esa posibilidad.

Es improbable, cuando no imposible, afirmar que tantos agentes del FBI, los que interrogaron a los testigos, los encargados de hacer las pruebas de balística con el rifle de Oswald… En definitiva, que un equipo que involucró a más de un centenar de miembros de su personal estuviera implicado en una conspiración.

Oswald, el tirador solitario

Sin embargo, lo que es indudable es que se respaldó desde el minuto uno la versión del tirador solitario, L. H. Oswald, que fue asesinado, además, sólo dos días después del magnicidio, mientras las cámaras de televisión retransmitían en directo a todo el país su trasladado desde la comisaría central de Dallas. Su asesino, Jack Ruby, dueño de un local nocturno de la ciudad, dijo haberlo hecho para ahorrar el mal trago de un juicio a la viuda Jackie Kennedy y para “redimir” a la ciudad de Dallas.

Lo más llamativo no fue que Ruby pudiera colarse con un arma delante del asesino del presidente, sino que, en su mayoría, el país aceptara la conclusión presentada por la Comisión Warren en septiembre de 1964, en la que se estableció que Oswald había actuado solo disparando tres balas desde el sexto piso —que coincidían con los tres casquillos hallados en el almacén— y que Ruby no había matado a Oswald con el objeto de silenciar una posible conspiración.

¿Quién ayudó o dirigió a Oswald entonces?

Ninguna de las investigaciones sobre el asesinato han podido ser demostradas, puesto que no se ha condenado a nadie por participar en la conspiración para matar al presidente. Sin juicio es imposible determinar qué ocurrió ya que sigue habiendo autores como Gerald Posner o Vincent Bugliosi, que respaldan la versión del asesino solitario. Aun así, la desclasificación de todos los documentos relativos al asesinato de Kennedy en 2017, tal y como establece la ‘JFK Assassination Records Colllection Act’ aprobada en 1992, parece que podría arrojar nuevos datos a un caso hasta ahora irresoluble al 100%. Entre ellos, los más de mil documentos que aún no ha querido hacer públicos la CIA.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba