Teletrabajo: modalidad revolucionaria para los trabajadores salvadoreños
Por Gabriela Lemus, abogada sénior de EY Law.
La pandemia del covid-19 ha sido un evento que alrededor del mundo ha permitido que las personas modifiquen sus paradigmas de vida y la forma en que desarrollaban sus actividades cotidianas; motivó a empleadores y trabajadores a encontrar formas alternativas para cumplir con sus labores, siendo así impulsado en la mayoría de los sectores, el teletrabajo.
En El Salvador, se tienen algunos antecedentes de compañías multinacionales que, previo a la entrada en vigor de la ley, permitían a sus trabajadores realizar teletrabajo de manera ocasional. No obstante, en virtud del covid-19 la Asamblea Legislativa aprobó la Ley de Regulación del Teletrabajo el 20 de marzo de 2020, por medio del Decreto Legislativo 600, cuyo objetivo principal fue dotar a los trabajadores públicos y privados de los mecanismos legales para desarrollar en la medida que sus labores lo permitieran bajo esta modalidad.
A grandes rasgos, la ley prevé que el patrono deberá definir de acuerdo con las necesidades de la empresa los puestos de trabajo que serán susceptibles a esta modalidad. Adicionalmente, la ley expresa que adoptar el teletrabajo es eminentemente voluntario.
La Ley de Regulación de Teletrabajo nos plantea ciertos retos entre los cuales debemos de considerar:
1. Derechos sindicales: La ley prevé en su artículo 12 que las personas sujetas a la modalidad de teletrabajo poseen los mismos derechos colectivos que los demás trabajadores. En ese sentido, es ideal que sean incorporadas a los contratos colectivos de trabajo las disposiciones necesarias relacionadas al teletrabajo; algunos puntos importantes como: Voluntariedad, sistema de verificación de cumplimiento de actividades laborales, esquema de compensación, jornadas laborales, y confidencialidad.
El empleador debe velar porque el teletrabajador goce y haga un ejercicio pleno de sus derechos sindicales, por tanto, es ideal contar con mecanismos que permitan que el teletrabajador tenga acceso a las actividades sindicales.
2. Datos Digitales: En el desarrollo del teletrabajo el empleado hará uso de datos propiedad de la empresa o de terceros relacionados a este como clientes o proveedores. Por tanto, más allá de otorgar acceso a una computadora o a Internet que son insumos básicos para el desarrollo del teletrabajo, el patrono debe dotar al teletrabajador de los mecanismos necesarios para proteger la información sensible o confidencial a la cual tenga acceso el teletrabajador tales y como, correo electrónico empresarial, red de VPN, suscripción de acuerdos de confidencialidad para el manejo de información sensible, creación, capacitación y ejecución de políticas de ciberseguridad empresarial.
En ese mismo sentido, dotar al teletrabajador de mecanismos para proteger los datos digitales, permite minimizar la vulnerabilidad a ser sujeto a Delitos Informáticos, como ciberacoso, falsificaciones y fraudes electrónicos, etc.
3. Derecho a la desconexión: El ejercicio del derecho a la desconexión corresponde al ejercicio pleno del teletrabajador de desconectarse de cualquier medio electrónico fuera del horario laboral y a no desarrollar actividades laborales fuera de la jornada laboral o incluso dentro de su periodo de vacación; el mismo persigue que el teletrabajador pueda tener estabilidad en su salud emocional y física, teniendo un equilibrio entre su vida personal y profesional.
El ejercicio de este derecho viene ligado a la forma de comunicación en la relación laboral, la cual persigue medir los niveles de productividad del teletrabajador de manera que se respeten las condiciones laborales pactadas en el contrato de teletrabajo.
Podemos concluir que el teletrabajo constituye una modalidad que ha venido a revolucionar las formas de trabajo en El Salvador, permitiendo al trabajador hacer un uso eficiente de las tecnologías de la información, para sus tareas laborales en armonía con su vida personal.
