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Nacionales

Así fue la ocupación militar más prolongada de la UES

Hace 42 años, militares y cuerpos de seguridad intervinieron la Universidad de El Salvador, obligaron a la evacuación de miles de estudiantes mientras buscaban armas de grupos subversivos. La infraestructura y el material didáctico de la UES resultaron severamente destruidos, muchos objetos de valor fueron robados por os militares.

Cerca del mediodía de un jueves 26 de junio de 1980 sucedió la intervención militar más prolongada de la Universidad de El Salvador, ordenada por la Junta de Gobierno que entonces encabezaba José Napoleón Duarte junto a otros políticos demócrata cristianos y oficiales militares.

Fuerzas combinadas del Ejército y de la Guardia Nacional y Policía de Hacienda, junto a la policía Nacional, apoyadas por helicópteros, penetraron al mediodía del jueves 26 de junio a la UES, después que en una zona marginal adyacente, conocida como “La Fosa”, se produjo un enfrentamiento armado con miembros de la guerrilla que ocupaban las instalaciones, lo  que dejó un saldo de por lo menos 15 muertos.

Los sucesos se originaron poco después de las 10 de la mañana en el sector norte de la Universidad, desatándose un intenso tiroteo, lo cual obligó a los habitantes de comunidades vecinas a permanecer encerrados mientras soldados, policías y guardias nacionales uniformados cerraban una área de 40 manzanas en torno a la Universidad.

Algunos subversivos huyeron hacia al interior de la Universidad y los militares los persiguieron, incursionando al campus.

La intervención militar duraría cuatro largos años, tiempo en que la Universidad fue saqueada por los militares. La Junta de Gobierno ordenó la ocupación de las sedes de la universidad, la sede oriental ubicada en San Miguel. Unos días antes, el 13 de junio la Facultad Multidisciplinaria Occidental de Santa Ana había sido ocupada por los militares.

Cuando la intervención militar se desató, las autoridades universitarias pidieron auxilio a cuerpos de socorro ya que en las instalaciones de la UES había miles de civiles, entre autoridades universitarias, docentes, empleados y estudiantes. Después de horas de represión los militares dejaron salir a las personas.

En el interior de la Universidad se observaba a los cuerpos de seguridad y militares que reconcentraban en grupos a estudiantes, catedráticos, empleados, funcionarios de la UES y otras personas. Les pedían sus documentos y se les comenzó a permitir su salida. Eran evacuados en vehículos de los cuerpos de socorro.

La Cruz Roja evacuó unas cinco mil personas en todas sus ambulancias y un camión. Los niños de las escuelas España y Alberto Masferrer también fueron llevados a la Cruz Roja donde fueron censados y ahí llegaron a recogerlos sus padres.

Al día siguiente, batallones de militares cateaban la Universidad, en busca de posibles escondites de armas en diferentes facultades. Hallaron mucha propaganda izquierdista, mantas, instructivos sobre manejos de armas, botes de pintura, literatura sobre guerrillas, varias candelas de dinamita, algunas armas.

Los militares iban piso por piso derribando puertas en oficinas, locales estudiantes, bibliotecas, laboratorios, aulas. En otras facultades rompían vidrios de oficinas para penetrar en las mismas.

La tarde del viernes, el rector Félix Ulloa y representantes de la Asamblea General Universitaria condenaron la ocupación y demandaron su desalojo.

Ulloa denunció que la ocupación fue el epílogo de una serie de actos contra la Universidad que “han dañado moral y físicamente el centro de enseñanza superior”.

“Nosotros pedimos al Gobierno el cese de tanta represión y el debido respeto a la autonomía universitaria”, decía Ulloa.

Las autoridades universitarias denunciaron entonces la destrucción de muebles, equipo y material didáctico, así como equipo de laboratorio.

No fue la única ni la última intervención militar a la UES, pero sí la más larga. Habría otra intervención más el 12 de noviembre de 1989 y su ocupación duraría un año. Entre 1986 y 1990, hubo un cerco militar al campus a cargo de la Primera Brigada de Infantería a cargo del coronel Francisco Elena Fuentes.

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