Gobernador de California se reúne con salvadoreños deportados
Salvadoreños narraron el lunes sus historias al gobernador de California Gavin Newsom, en el segundo día de su visita a El Salvador.
David Escobar Fuentes huyó de El Salvador debido a que las pandillas extorsionaban a su familia, mientras que Bryon Melgar Menjivar quería escapar de la presión que enfrentaba desde los 15 años para que se uniera a una pandilla. Sandra Monroy se dirigió al norte en busca de un buen empleo.
Los tres narraron el lunes sus historias al gobernador de California Gavin Newsom, en el segundo día de su visita a El Salvador. El encuentro se llevó a cabo en el único centro del país para la atención a migrantes que son deportados desde México o Estados Unidos.
Fue su primera oportunidad de interactuar directamente con personas que han salido del pequeño país centroamericano a causa de la pobreza o la violencia. Más tarde, Newsom se dirigió a la pequeña localidad montañosa de Panchimalco, hogar de salvadoreños indígenas, para una exhibición cultural y una conversación sobre violaciones a los derechos humanos.
California tiene más salvadoreños que cualquier otro estado, y Newsom está en el país para aprender más sobre los motivos por los que miles de personas huyen hacia Estados Unidos. Alrededor de 3,000 menores salvadoreños sin compañía adulta y 12,000 miembros de familia han ingresado a territorio estadounidense desde octubre, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
Fuentes y Monroy, su tía, partieron rumbo a Estados Unidos en una caravana en octubre pasado. Ambos dijeron que esperaban tener más oportunidades, seguridad y acceso al llamado “sueño americano”.
“Estábamos muy emocionados porque íbamos a ir a Estados Unidos, lo que sueñan todos los salvadoreños”, dijo Monroy.
Pero nunca llegaron. Las autoridades mexicanas los detuvieron tres días y después los enviaron en autobús de regreso a El Salvador. No dijeron los motivos por los que fueron detenidos.
Melgar sí llegó hasta la casa de una tía en Houston hace varios años, pero volvió voluntariamente cuando su madre necesitó apoyo. Había cruzado ilegalmente la frontera con la ayuda de un traficante de personas.
Fuentes, Melgar Menjivar y Monroy se reunieron en privado con Newsom después de compartir sus historias con los reporteros. La Organización Internacional para las Migraciones los eligió para encontrarse con el gobernador.
Fuentes, de 26 años, y Melgar, de 18, hablaron con los reporteros sobre cómo la violencia de las pandillas impregna la vida en El Salvador, provocando que muchos jóvenes se vayan. Las pandillas han convertido a El Salvador en uno de los países más peligrosos del mundo con 50 homicidios por cada 100,000 personas. En contraste, la tasa en Estados Unidos es de 5 asesinatos por cada 100,000 habitantes.
Fuentes dijo que su familia solía tener una granja ganadera, pero se vieron obligados a vender muchas de sus reses y cabras debido a que las pandillas exigían gran parte de sus ganancias. Primero se fue su primo, y luego Fuentes decidió unirse a una caravana con Monroy. Él tenía esperanzas de contactar a un amigo en Oklahoma después de cruzar la frontera.
El presidente Donald Trump, quien está haciendo cambios en sus dependencias de control de la migración debido a la frustración por el creciente número de migrantes que llegan a la frontera sur, ha acusado a los miembros de pandillas de hacerse pasar por inmigrantes para ingresar a Estados Unidos y generar violencia.
Monroy dijo que algunas personas en las caravanas podrían estar relacionadas con las pandillas, pero la mayoría intentan escapar de la violencia.
La mayoría de los salvadoreños en el centro de reintegración son devueltos desde México y llegan en autobuses, dijo Salvador Gutiérrez, oficial regional de Enlace y Políticas de la Oficina Regional para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe de la Organización Internacional para las Migraciones. Estados Unidos deporta alrededor de tres aviones con hasta 130 migrantes cada uno a la semana, indicó.
Más tarde Newsom y su esposa, Jennifer Siebel Newsom, presenciaron un festival en un centro cultural que tiene como objetivo enseñarles a los niños artesanías, canciones y bailes tradicionales para ayudarles a desarrollar habilidades laborales en Panchimalca, una comunidad rural rodeada de zonas controladas en gran medida por pandillas.
Katherine Vásquez, de 17 años y que participó en uno de los grupos de danza, dijo que aunque Panchimalco está rodeado de la violencia, no vive con miedo todos los días. Le gusta vivir ahí debido a sus ricas tradiciones indígenas.
No sabía quién era Newsom antes de su llegada, pero agradeció su visita.
“Creo que nos puede ayudar a crear nuevos programas”, dijo Vásquez.
Horas antes, Newsom se reunió en privado con el presidente Salvador Sánchez Cerén y la embajadora estadounidense Jean Manes.