La democracia de Guatemala está bajo ataque
Por Guillermo Serrano, desde Washington.
Miércoles 19 de julio de 2023.
“La democracia de Guatemala está bajo ataque. En los últimos cuatro años, un grupo de élites poderosas vinculadas con el crimen organizado, conocido como el “pacto de corruptos”, ha ido desmantelando las estructuras democráticas de Guatemala mediante la cooptación de las instituciones judiciales y el arresto y exilio de fiscales, jueces, periodistas y activistas en favor de la democracia. Ahora, como siguiente paso para consolidar su poder, están tratando de manipular las votaciones nacionales, que están en proceso.
De cara a las elecciones de 2023, el presidente Alejandro Giammattei nombró en las cortes y en el Tribunal Supremo Electoral funcionarios fieles a él. Luego, el régimen gobernante y sus aliados usaron estas entidades para distorsionar la Constitución y corromper los procesos electorales con la finalidad de inclinar la balanza política a su favor. El poder judicial hizo lo propio: anuló una prohibición constitucional para permitir que la hija de un exdictador aspirara a la presidencia, permitió que se postularan como candidatos algunos aliados del régimen que han sido acusados y condenados por delitos y descalificó a sus rivales con base en cargos fabricados.
Es por eso que ni siquiera los observadores más experimentados de la política guatemalteca podrían haber predicho que Bernardo Arévalo —un reformista moderado que se postuló con una plataforma anticorrupción y que tenía tan solo el 3 por ciento en las encuestas antes de la votación— sería uno de los dos candidatos con más votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada el 25 de junio”.
Hemos citado aquí el análisis de Anita Isaacs, profesora de ciencias políticas en Haverford College, Rachel A. Schwartz, profesora de estudios internacionales y regionales en la Universidad de Oklahoma, además de autora del libro Undermining the State From Within: The Institutional Legacies of Civil War in Central America y Álvaro Montenegro un periodista guatemalteco, en un artículo del New York Times, del 7 de julio, 2023.
Y, claro, nos preguntamos, si la arremetida contra la democracia es solo un fenómeno guatemalteco. O, se trata del enamoramiento del poder. Y todos los seres humanos tenemos esa “debilidad” …
El entronizarse en el poder no es una tentación a la “latinoamericana” sino que tiene -como los sismos- réplicas en todos los continentes. Incluso vimos una muestra de eso en el país que se erigía como rector y ejemplo de democracia, cuando Trump -hasta el día de hoy- no reconoce el hecho que perdió en las alecciones, sino que lanza sus frases incendiarias contra los políticos, jueces y hasta contra aquellos que, en el país del norte controlan el aparato eleccionario.
El mesianismo político se llega a creer sus fantasías, pretendiendo que la verdad solo se encuentra en esos lideres “iluminados” que sí saben lo que le conviene a sus países.
Y queremos aclarar que tal fenómeno se da en regímenes de izquierda y derecha (sin olvidarse de los de “centro” que a veces se mueven según de donde soplen los vientos de la política, que a veces es tan variable como lo son todos los seres humanos…)
Nosotros no creemos en tales Mesías ni en sus acólitos, ni tampoco en los medios comunicacionales que informan las medias verdades que les convienen o que responden a interese económicos bien determinados.
El Mesías (del latín bíblico Messĭas, y este a su vez del hebreo מָשִׁיחַ Māšîaḥ, pronunciado [maː.ʃi.aħ] pronunciación aproximada «Mashiaj», que significa «ungido») es el salvador o liberador de un grupo de personas o de la humanidad en general. En el judaísmo y el cristianismo, el rey descendiente de David, prometido por los profetas al pueblo hebreo, aquel hombre lleno del Espíritu Santo de Dios. A lo largo de la historia existieron muchas personas a las que se les consideró Mesías, pero generalmente, se entiende que este título en particular se asigna al enviado escogido por Dios, que traerá la paz a la humanidad instaurando el Reino de Dios.
Para los que aún tenemos esperanzas de un progreso real de la humanidad, y, por lo tanto, de un ser humano mejor, vamos a tener que a todos los mesías que pululan en nuestra sociedad, hacerles la pregunta: ¿eres tú el que había de venir, o, esperaremos a otro?
(Guillermo Serrano en Ideas y Voces).