Atlético y Real Madrid empatan en ‘el derbi’
Agencias
El partido, trabado y sin brillantez, lo abrió un gol de Militao y lo empató Correa. Empate en un duelo en el que los vándalos volvieron a protagonizar otro partido de fútbol que por momentos dejó de serlo.
Saltaron los locales a calentar con los acordes de ‘Money for nothing’, de Dire Straits, declaración de intenciones que poco tiene que ver con la millonada gastada este verano por los colchoneros, que en su once lucían a cuatro de sus rutilantes fichajes.
Obsesionado por la cábala, el Cholo Simeone, que recientemente había cambiado el traje por uno azul marino, regresó al negro con el que el año pasado ganó al Madrid en suelo indio.
Oblak tuvo que trabajar en un par de ocasiones mientras Courtois apenas corrigió un desajuste de Rudiger con Julián Álvarez. Vinicius y Bellingham pasaban inadvertidos, como Griezmann y Sorloth.
La grada atlética decidió no regalar protagonismo a Vinicius, al que solo le dedicaron un ‘¡Es especial, Vinicius es especial!’ y el brasileño no se encendió. Con Modric haciendo de Kroos se llegó a la media hora con un Madrid mandón y un Atlético aguerrido.
La salida de pelota atlética era digna de una película de suspense de Hitchcock, mientras los de Carletto se desenvolvían con naturalidad desde su superioridad en la medular para generar un dominio que no terminaba de concretarse en ocasiones claras.
Al descanso se llegaba con un empate típico de derbi. Dos púgiles bailando fuera de la distancia del rival mientras esperaban un descuido del adversario que no terminaba de llegar.
Del vestuario salió otro partido. Cholo convirtió la pizarra en un 5-3-2 con Lino por la izquierda y Llorente en la derecha. Julián y Griezmann afilaban arriba al Atlético y así trataba de equilibrar la superioridad blanca. Recuperada la identidad táctica, los rojiblancos también comenzaron a dominar el balón y el Metropolitano se empezó a caldear. Con más tensión que fútbol y más solidaridad que ocasiones, el encuentro cumplió una hora que se podía resumir, en una palabra: «pestiño».
Y en esas llegó una jugada sin aparente peligro en el minuto 63. Una falta frontal que descargaron hacia Vinicius, quien sacó un centro pasado que la defensa atlética no despejó y Militao, solo en el segundo palo, descerrajó a Oblak. Nuevo partido, nueva exigencia para los de Simeone.
El gol caldeó los ánimos locales y la hinchada rojiblanca la tomó con Courtois, al que empezaron a lanzar insistentemente objetos. Tanto que provocó la retirada de los jugadores del campo y la suspensión temporal del partido durante diez minutos. 70.000 espectadores pagaban una vez más por culpa de un grupo de descerebrados que siguen ocupando el fondo sur del estadio con la connivencia de un club que ni los señala ni los expulsa del estadio. Quince minutos de interrupción que no sirvieron en realidad para nada, solo para enfriar el ambiente.
Correa empató con un postrero que el VAR tuvo que validar tras un supuesto fuera de juego y Vinicius volvió a mostrar su lado más insoportable, encarándose con todos los jugadores rivales confirmando que es maleducado y un irrespetuoso.