Se busca pareja para la planta más solitaria del mundo de hace millones de años

Llegamos a un remoto bosque al este de Súdafrica hay un ser vivo, probablemente el más solitario del mundo, damos pistas, es una planta. Es un ejemplar macho de ‘Encephalartos Woodii’, una planta tan rara en su especie, que solo se conservan clones macho en todo el mundo.
Dicho lo anterior, Encephalarto Woodii, al ser macho no puede reproducirse como normalmente lo haría ya que no se conservan plantas hembra, al menos hasta donde se conoce e informa la comunidad de investigadores.
También conocida como la cícada de Wood, esta extraordinaria planta, habitó en nuestro planeta desde hace 300 millones de años. Alcanza los 6 metros de altura y tiene una apariencia similar a una palmera. Sobre el tronco de 50 centímetros de diámetro descansa una imponente copa de hojas brillantes que pueden superar los 2 metros de largo. El ejemplar macho de Woodii así espera una hembra con la cual poder repodrucirse y continuar la especie.
Debido a esta situación de «misión imposible», unos investigadores de la Universidad de Southampton líderan un proyecto de investigación para poder dar con un ejemplar hembra. Valga aclarar que nunca nadie vió un ejemplar hembra de esta especie. E. woodi, la cual es dioica, lo que significa que tiene plantas masculinas y femeninas separadas. Los estróbilos masculinos son cilíndricos, de 20 a 40 centímetros (7,9 a 16 pulgadas) de largo, excepcionalmente hasta 120 centímetros (47 pulgadas) y de 15 a 25 centímetros (6 a 10 pulgadas) de diámetro; son de un vivo color amarillo anaranjado.
La manera en palabras sucintas que se reproducen estas plantas es a través de sus conos desde donde los insectos transportan el polen para su reproducción. La Doctora Laura Ciniti y su equipo de investigadores indican que están utilizando lo último en tecnología como drones para sobrevolar las áreas donde podrían avistarse algún ejemplar hembra escondido en estado salvaje.
«La historia de la E. woodii parece uno de esos cuentos clásicos de amor no correspondido», habría dicho Ciniti ante la hembra esquiva.
«Tengo esperanza de que haya una hembra en algún lugar ahí fuera; al fin y al cabo, debió haber una en algún momento. Sería asombroso recuperar esta planta tan cercana a la extinción mediante reproducción natural», sostuvo la científica sobre la implacable búsqueda.
Según se conoce, al menos una escuadrilla de drones sobrevuelan el bosque de Ngoye capturando miles de imágenes del bosque tratando de captar a las cícadas, más específicamente una hembra.
Los drones utilizan un sensor multiespectral para captar detalles, para ver si la plantas están vivas y las especies como mencionabamos, la cícada. La cámara capturaría imágenes de cinco bandas de longitud de onda discretas. Cada vez que se activa el sensor, se toman cinco fotografías de la misma zona y cada una de ellas en una banda de longitud de onda particular: Azul, verde, rojo; borde rojo e infrarrojo cercano (invisible para el ojo humano).
Cada banda es propicia para distinguir diferentes características aseguran los investigadores. Dichas fotografías se unieron para crear mapas en mosaico que se analizan visualmente para detectar cualquier cícada del bosque. Tras esto, un modelo de inteligencia artificial (IA), previamente entrenado, analiza las imágenes en busca de coincidencias que puedan apuntar a la hembra. Los expertos apuntaron además que nunca antes se han realizado este tipo de investigaciones para dar con la tan ansiada hembra de E. Woodii.
La comunidad científica tiene claro que puede ser muy probable que nunca se encuentre a la hembra de Woodii pero en ese caso nefasto, planean algunas alternativas para evitar su extinción por completo. Dos de los baúles más grandes que el adjunto del descubridor de la planta John Medley Wood, James Wylie, recogió en la expedición de 1907 todavía se pueden ver en el Jardín Botánico de Durban. Wylie, envió un retoño de una de las plantas del Jardín Botánico de Durban a Kirstenbosch, cerca de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en 1916.
Por otro lado la planta que fue enviada a Kew Gardens (Richmond, Inglaterra) en 1899 se cultivó en Palm House hasta abril de 1997 y luego se trasladó a Temperate House donde produjo, por primera vez, un cono masculino en septiembre de 2004. Otros europeos a conocerse se mantienen en: Hortus Botanicus en Ámsterdam, Países Bajos, y otro en Orto Botanico di Napoli en Italia, aunque este espécimen se presume pudo haber muerto.