Real Madrid – PSG 2-2
El Real Madrid desperdició ventaja de dos goles pero ya está en octavos de la Champions
Los
merengues clasificaron a los octavos de final antes de su partido ante el París
Saint-Germain, lo ganaban hasta el minuto 80, pero la rapidez del contragolpe
francés les robó la victoria
El Real Madrid volvió a padecer un final aflictivo en la Champions League, pero terminó rescatando un punto que afianzó su clasificación a los octavos de final del torneo europeo, boleto que ya habían ganado sin jugar, ya que el Brujas le empató sobre el final al Galatasaray en Turquía.
Sobre
el partido, los merengues dominaron en buena parte del encuentro, pero la labor
destacada del portero costarricense, Keylor Navas, que volvía por primera
ocasión al Santiago Bernabéu, luego de haber firmado con el cuadro galo,
impidió que los merengues aumentaran más allá del 1-0 con el que se fueron al
descanso.
El tanto del delantero galo llegó tras una gran acción del belga Eden Hazard en el inicio de la jugada, dejando atrás a dos rivales y cambiando el balón de banda para que el uruguayo Fede Valverde, tras una pared con el español Dani Carvajal, sirviese el balón atrás a Isco.
Tras el
gol, el PSG desapareció del partido, pero estuvo a punto de engancharse al filo
del descanso después de que el colegiado portugués Artur Dias señalase un
penalti a su favor en una entrada del belga Thibaut Courtois sobre el argentino
Mauro Icardi, con cartulina roja incluida, que finalmente acabó cambiando
debido a una falta previa en el inicio de la jugada del ghanés Idrissa
Gana-Gueye sobre el brasileño Marcelo.
El belga Eden Hazard tuvo que abandonar el terreno de juego tras una dura entrada por detrás, abajo, de su compatriota Thomas Meunier en el minuto 64 de partido que hizo que el extremo dejase el campo sin poder apoyar con normalidad y ayudado por un médico del Real Madrid para marcharse al vestuario.
Quince minutos después de la baja de Hazard, llegó la segunda anotación del cuadro blanco, cuando nuevamente Benzema definió en el área con un soberbio cabezazo en el área, para consagrar su gran noche en el ámbito personal.