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Nacionales

Así se formó El Salvador y Centroamérica hace millones de años

Cortesía LPG

Hace cientos de millones de años había un océano entre Norte y Sur América. Centroamérica nació varios millones de años después y con ella el territorio que ahora ocupa El Salvador

El Salvador es, desde el punto de vista geológico, un país extremadamente joven, cuya geología está caracterizada por la masiva presencia de rocas volcánicas; mientras que en su morfología se alternan los edificios volcánicos elevados sobre las planicies y bajo su territorio se ubican variedad de fallas. Es decir, los volcanes y los sismos son parte importante de su composición.

El nacimiento de su territorio y la caracterización de su geología es inherente al nacimiento de lo que ahora es Centroamérica.

¿Cómo se formó?

Hasta el período Jurásico (de cuando datan los dinosaurios y que abarca desde hace 208 millones de años hasta hace 144 millones de años) “las masas continentales de Norte y Sur América estaban separándose y había un océano entre ellas, con un intenso vulcanismo submarino”, según una investigación sobre la Geología de América Central de la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica.

Formación de Centroamérica hace millones de años. Imagen: Geología de América Central de la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica.

Fue durante el Cretácico cuando apareció un “puente terrestre” entre el Norte y Sur, el cual se fortaleció durante el período entre el Paleoceno y el Eoceno, hace unos 65 y 55 millones de años, respectivamente, añade.

Pero fue hasta el Plioceno, hace unos 3.5 millones de años, cuando “la fuerte actividad volcánica” junto con los movimientos tectónicos entre las placas Coco y Caribe “provocan el cierre definitivo del puente de América Central” hasta la actualidad, separando los océanos Pacífico y Atlántico, sobre la Fosa Mesoamericana.

Placas tectónicas presentes en América Central y la región.

La cadena volcánica centroamericana, que inicia desde la frontera de Guatemala con México y se extiende hasta Costa Rica, surgió producto de la subducción de la placa de Cocos bajo la placa del Caribe. Está conformada por 40 volcanes mayores y tiene una longitud de 1,100 kilómetros. El territorio que ocupa El Salvador queda situado aproximadamente en la parte central de dicha cadena, según describe un documento elaborado por el ahora extinto Servicio Nacional de Estudios Territoriales (SNET), con apoyo del Área de Cooperación Internacional de la Generalitat de Catalunya.

“La compresión producida por la subducción genera un intenso fallamiento en todo el país y es también el origen de la acentuada actividad volcánica y sísmica”, explica el documento.

Así, en el área sobre la que se asienta El Salvador hay una “intensa fracturación” propia de la zona donde convergen las placas de Cocos y del Caribe. “La fracturación de la roca se produce por la compresión que sufren los materiales debido a la intensa presión que supone la fricción de una placa al desplazarse bajo la otra”, explica.

Es así como en la superficie hay una gran diversidad de fallas producto de los esfuerzos producidos por el movimiento de las fallas principales.

El origen de los (frecuentes) sismos

Bajo El Salvador hay tres sistemas de debilidad tectónica a los cuales se asocian los sismos que usualmente ocurren:

El primero y el más importante de estos tiene una dirección este-oeste y se caracteriza por tener desplazamientos verticales considerables que atraviesan todo El Salvador. “Estos desplazamientos dan origen a la formación del graben o fosa tectónica”. Además, dentro de este sistema hay cinco ejes principales, entre los cuales se encuentra el localizado en el océano Pacífico, a 25 kilómetros de la costa salvadoreña, el cual se caracteriza por una actividad sísmica frecuente. Al sur de este eje hay otro más que forma una fosa marina que corre paralela a la costa salvadoreña y también muestra cierta actividad sísmica.

El segundo tiene fallas que se extienden a lo largo del territorio y “en ocasiones aparecen como fisuras y alineamientos de eventos eruptivos, como el complejo de Santa Ana, San Salvador, San Vicente, Tecapa y San Miguel.

Hay un tercero de “fallas subordinadas” menos evidente que los anteriores y que se detecta al centro y oriente del país.

“La localización de los mayores volcanes, refleja, aparentemente, lugares de intersección entre las dos direcciones principales. Volcanes tales como San Vicente, Tecapa, San Salvador, Usulután y San Miguel, yacen en el límite sur del graben central, donde existe un control tectónico debido a las fallas”, detalla el documento.

¿Por qué El Salvador se considera “extremadamente joven”?

Esto es porque “una cuarta parte del territorio nacional es de edad pleistocénica”. Esta época inició hace unos dos millones de años y terminó hace diez mil años.

Por otro lado, “tres cuartas partes” del territorio salvadoreño “están cubiertas de rocas por edad terciaria, predominando las de época pliocénica”.

El Período Terciario inició hace unos 70 millones de años y se divide en cinco épocas, siendo la más joven el Plioceno.

Los terrenos más antiguos del territorio salvadoreño son, por su parte, de la edad cretácica y de origen sedimentario marino, pero solo representan el 5 %. Esta es la edad que inició hace 142 millones de años y terminó hace 65 millones de años. Fue a finales de esta cuando ocurrió la extinción de los dinosaurios, entre otros seres vivientes.

¿Dónde se ubican las zonas más antiguas y las más jóvenes?

Los terrenos con rocas sedimentarias marinas del Cretácico se encuentran en Metapán, en el departamento de Santa Ana. Se trata de un área de aproximadamente 200 kilómetros cuadrados. “La edad de estos materiales ha sido comprobada por medio de fósiles” e incluso se han encontrado materiales del período Jurásico (anterior al Cretácico).

Por otra parte, el resto y mayor parte del territorio salvadoreño está cubierto por rocas de origen volcánico. El espesor de la capa que se ha formado a través de millones de años con este material es mayor a 1,500 metros.

“Con estos tipos de rocas están formadas algunas regiones como la Sierra de Tacuba, Cordillera del Bálsamo, Cordillera Jucuarán-Intipucá y la parte norte de Santa Ana”, indica. Sin embargo, no ha sido posible reconocer cuáles fueron los centros de actividad volcánica que produjeron dichas formaciones.

El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica fueron los países que formaron la República Federal de Centroamérica entre los años 1824 y 1839. Foto: cortesía.

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Hay dos zonas volcánicas de las cuales sí se ha identificado el centro de la actividad que les dio origen. Una de estas se encuentra al sur de todas las montañas del norte “en forma de faja de volcanes individuales que atraviesa toda la República”, entre los que se mencionan el volcán de Guapa y Cacahuatique.

La otra zona se ubica al sur y “paralelamente a la anterior”. “A esta faja pertenecen más de 50 volcanes, tales como: Laguna Verde, Santa Ana, Izalco, San Salvador, San Vicente, Tecapa, San Miguel y Conchagua, algunos de los cuales todavía se encuentran activos”.

En tanto, los lagos de Ilopango y Coatepeque son consideradas como “depresiones volcano-tectónicas”.

La última erupción del volcán de San Salvador, en 1917, destruyó la capital y localidades circundantes. Foto LA PRENSA/Tomada del libro «San Salvador, el esplendor de una ciudad» de Gustavo Herodier.

“¡Reventó el volcán! ¡Ahí viene la lava!”: El relato de cómo se vivió la destructiva erupción y terremoto en San Salvador en 1917

Algunas de las formaciones

El Salvador tiene diferentes formaciones pero en el documento del SNET se hace referencia a tres de las principales, que son Bálsamo, Cuscatlán y San Salvador.

La Formación Bálsamo fue producto de la fase eruptiva ocurrida al final del Terciario. “Durante esta fase se depositaron grandes cubiertas piroclásticas, emitidas en su mayor parte a lo largo de fracturas y en menor proporción desde aparatos centrales, y potentes depósitos de lahares”, relata.

Posterior a esta llegó la Formación Cuscatlán, así como los domos y aparatos volcánicos centrales.

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Después, la actividad de los aparatos volcánicos de Santa Ana, Izalco, San Salvador, San Vicente, Usulután y San Miguel dieron origen a los terrenos más recientes al interior de la fosa y que componen la formación San Salvador, la cual limita al sur con la Formación Bálsamo y sobreyace a la Formación Cuscatlán.

La Formación San Salvador se originó entre el Holoceno y el Pleistoceno y se encuentra en toda la cadena volcánica joven que atraviesa la parte sur de El Salvador. “Está compuesta por productos extrusivos volcánicos: corrientes de lava, cúpulas de lava, tobas fundidas, tobas, pómez, escoria y cenizas volcánicas, en los que a veces se encuentran intercalaciones de sedimentos lacustres”.

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