El terremoto de Managua de 1972
Fue un sismo de magnitud 6.2 en la escala Richter que destruyó Managua, la capital de Nicaragua, a las 00:35 a. m. hora local del sábado 23 de diciembre de 1972 (en vísperas de la Navidad).
Duró 30 segundos, seguido por dos réplicas de magnitud 5.0 y 5.2 a la 01:18 y 01:20 a. m., respectivamente, casi una hora después del primer temblor, con epicentro dentro del Lago Xolotlán 2 kilómetros al noreste de la Planta Eléctrica Managua en la falla de Tiscapa.

Destruyó el centro de la ciudad y causó cerca de 19,320 muertos y 20,000 heridos, aunque no se sabe el número exacto de fallecidos debido a que hubo cadáveres que nunca fueron sacados de los escombros por los rescatistas nacionales y extranjeros y que al descomponerse causaron un fuerte hedor durante casi 5 meses hasta la llegada de la estación lluviosa en mayo de 1973.

El desastre causó más muertos debido a que la mayoría de las casas de taquezal que se cayeron ya habían sido dañadas por el terremoto del 31 de marzo de 1931, y no fueron reparadas apropiadamente, aunque hubo casas modernas de taquezal que soportaron el temblor.

Los incendios causados por el desastre se prolongaron durante las dos semanas siguientes hasta el 6 de enero de 1973, debido al quiebre de la tubería de agua potable y al desplome de los 2 cuarteles del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Managua, situados en el barrio Candelaria y frente al Estadio Nacional, se derrumbaron aplastando a las unidades.

Esto obligó a los cuerpos de bomberos de los departamentos de Carazo, Granada, León, Masaya y Matagalpa a ir a Managua para apagar el fuego; la energía eléctrica se fue en casi todo el país debido a que estaba centralizada en la capital en esa época.