Segundo grito de independencia
El fracaso político del 5 de noviembre de 1811, de la primera intentona de independencia no disminuyó en el espíritu independentista de los líderes de esta causa.
Electo alcalde segundo de San Salvador, Pedro Pablo Castillo, junto con el alcalde primero Juan Manuel Rodríguez potenciaron un nuevo intento insurreccional el 24 de enero de 1814, en el que Castillo fue señalado por las autoridades españolas como “el principal autor de la infame insurrección”.
Castillo, al frente de unos 150 patriotas, ocupó la parroquia de San Francisco (hoy Mercado Ex Cuartel) y desde allí opuso resistencia militar a las tropas españolas que intentaban sofocar la revuelta.

Batido en duelo con el jefe militar español Zaldaña, Castillo logró superar la lucha desigual y lo mató. Por esa razón, las autoridades españolas le pusieron precio a su cabeza, una vez que el nuevo intento independentista fue sofocado y sus promotores fueron reducidos a prisión.
Refugiado en la iglesia parroquial de San Salvador (ahora iglesia El Rosario), fue protegido allí por uno de los presbíteros Aguilar, quien lo ayudó a ponerse una de sus sotanas y a montar en su propio caballo.

Pedro Pablo Castillo fue padre de León Castillo, quien heredó de él la entrega por las causas populares, por lo que desempeñó importantes trabajos gubernamentales y militares al lado del general Francisco Morazán.
Ya de edad avanzada, el hijo del prócer ingresó a la Orden de los Carmelitas y fue gracias a sus esfuerzos que se construyó en la ciudad de Santa Tecla la primera iglesia de Belén, dedicada originalmente a la Señora del Carmen, construida a partir de 1857 y estrenada el 1.º de abril de 1862.