La selva del Amazonas se está quemando
La selva del Amazonas no solo se está viendo amenazada por
la desaforada tala de árboles de los últimos años, a un ritmo que no se había
visto en la última década, sino que ahora es el fuego el que está destruyendo ‘el pulmón del planeta’ a una velocidad
récord: solo en lo que va de año se han
producido más de 40.000 incendios en la zona de la Amazonía brasileña, más de
la mitad de los que ha habido en todo el país (72.000 hasta agosto).
El Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) de
Brasil reconoce que los incendios han aumentado en lo que va de año más del 80%
si lo comparamos con el mismo periodo de 2018.
La declaración del INPE es unos datos que no han gustado
nada al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien en respuesta despidió al
director del INPE, Ricardo Galvao, el pasado 2 de agosto tras la publicación
del informe, acusándole de fabricar los datos a base de mentiras.
Bolsonaro, en el punto de mira
Son muchos los que apuntan al presidente brasileño como
culpable de la situación. Los activistas medioambientales le acusan de haber
relajado los controles en la Amazonía desde su llegada al poder, lo que
estarían utilizando tanto las industrias madereras como otros ‘lobbies’ para
atacar la selva más importante del mundo.
El Amazonas se extiende por una superficie 10 veces mayor
que la de España y casi la mitad de todo Estados Unidos. Sus árboles producen
un 20% de la cantidad de oxígeno que hay en la atmósfera de la Tierra, lo que
los convierte en vitales para frenar el cambio climático y las consecuencias
del calentamiento global.
La situación es tan grave que el humo de los incendios de la
zona del Amazonas ha llegado a Sao Paulo, a más de 2.700 kilómetros de
distancia, cubriendo el cielo de una manera nunca vista antes en la ciudad por
una causa similar. Incluso se divisan desde el espacio, como se puede ver en
las imágenes que ha suministrado la NASA.
La extensión de los incendios en la región ha obligado a algunos estados amazónicos, como Amazonas y Acre, a declarar la situación de emergencia o alerta ambiental debido a que la humareda multiplica las enfermedades respiratorias y afecta hasta el tránsito aéreo.
De acuerdo con el INPE, los focos de incendios tan solo en
la última semana han afectado 68 áreas protegidas por ser reservas ambientales
o indígenas, principalmente en la Amazonía. El Parque Nacional de la Chapada
dos Guimaraes, en Mato Grosso, ya perdió el 12% de su vegetación, mientras que
la cobertura vegetal en la Reserva Indígena Parque do Araguaia, igualmente en
el estado amazónico de Tocantins, ha sido diezmada por el fuego.
Para Bolsonaro, la razón de los incendios es que es la «temporada de la ‘queimada», es decir, cuando los agricultores usan fuego para limpiar la tierra. Sin embargo, sus detractores le acusan de favorecer la deforestación con políticas que anteponen el desarrollo económico a la conservación del planeta. Y no tiene ninguna intención de cambiarlas.
Bolsonaro ataca a las ONG
Bolsonaro, acosado por las crecientes críticas, ha insinuado
también que organizaciones no gubernamentales (ONG) pueden estar detrás de los
incendios desatados en la Amazonía.
«Puede haber, sí, y no estoy afirmando, una acción criminal de esos ‘oenegeros’ para llamar la atención contra mi persona, contra el Gobierno de Brasil, y esa es la guerra que nosotros enfrentamos», declaró a los periodistas el presidente brasileño, cuyas agresivas políticas para la explotación comercial de la Amazonía han levantado polémicas.
Para reforzar su tesis, Bolsonaro citó que su Gobierno ha «cortado el dinero público que iba para las ONG» que operan en la región amazónica, con proyectos «supuestamente» volcados al cuidado del ecosistema. «De esa forma, ese personal está sintiendo la falta de dinero», agregó el gobernante de ultraderecha, quien apuntó que ahora la tarea de las autoridades es determinar si los incendios en el mayor pulmón del planeta han sido provocados.